
Este fin de semana tuve la oportunidad de vivir uno de los momentos más significativos en la vida de mi familia: los 15 años de mi hija mayor. Este evento fue motivo de mucha felicidad, pero también me hizo reflexionar sobre un fenómeno que muchas personas experimentan y pocas entienden: ¿es posible sentir estrés y ansiedad incluso en los momentos más felices de nuestras vidas?
La respuesta, desde un enfoque psicológico, es SI. A continuación, exploraremos cómo y por qué esto ocurre, y cómo estas dos respuestas emocionales logran un equilibrio dentro del ser humano siendo aparentemente opuestas.
El estrés es una respuesta natural de nuestro cuerpo ante situaciones que percibimos como desafiantes o abrumadoras, ya sea en eventos negativos o positivos. En psicología, el estrés no siempre está vinculado con emociones negativas. Incluso los eventos positivos, como una boda, el nacimiento de un hijo, o en mi caso, la celebración de los 15 años de mi hija, pueden desencadenar estrés.
Esto ocurre porque la preparación y planificación de eventos importantes implican muchas responsabilidades: la organización de cada detalle, las expectativas que queremos cumplir, la presión de que será irrepetible y el temor de que algo no salga según lo planeado.
Mi experiencia personal: entre la felicidad y el estrés
En el caso de los 15 años de mi hija, la felicidad por ver cómo llegaba este momento tan especial fue enorme. Sin embargo, a medida que el evento se acercaba, me encontré experimentando niveles inesperados de estrés, insomnio pensando en los detalles, llanto desmedido por cada detalle emotivo, etc. Quería que todo saliera según lo planeado, desde la decoración hasta los invitados. Fue un proceso de varios días de preparación y aunque me mentalicé para no estresarme “si me estresé y fue notable jajaja” tuve que fluir con imprevistos de último momento que escapaban de mis manos incluso cuando ya íbamos camino al evento note que no me había puesto mis zarcillos y nos devolvimos a buscarlos.
Las personas a nuestro alrededor están disponibles para apoyarnos incondicionalmente y siempre salta la pregunta ¿Por qué te estresas si deberías estar feliz?, pero el estrés sucederá muy a pesar de nuestra preparación intelectual, mental o emocional, porque es necesariamente humano para salir adelante y obtener afrontar el desafío.
Teoría del estrés positivo: Eustrés vs. Distrés
Es aquí donde entra en juego la distinción psicológica entre dos tipos de estrés: eustrés y distrés.
- El eustrés es el tipo de estrés que nos motiva y nos ayuda a afrontar desafíos de manera constructiva. Nos mantiene enfocados, nos impulsa a organizar y gestionar eventos importantes. Este tipo de estrés puede sentirse en momentos felices, como fue mi caso durante los preparativos.
- El distrés, por otro lado, es el estrés que se percibe como abrumador y negativo, y nos agota emocional y físicamente.
Puntos que considero importantes tomar en cuenta en estas situaciones:
- Planificación anticipada: Delegar tareas y evitar dejar todo para el último minuto puede reducir significativamente la presión.
- Aceptar la imperfección: Nada es completamente perfecto, y aceptar esto puede liberar mucho de la ansiedad que sentimos cuando las cosas no salen como planeamos.
- Practicar la autocompasión: Ser amable contigo mismo/a y reconocer tus emociones, sean positivas o negativas, ayuda a reducir el impacto del estrés.
- Tomarse momentos para disfrutar: Durante el evento, haz pausas conscientes para detenerte y disfrutar el momento, tomarte las esperadas fotos, empatizar con tus invitados, agradecerles estar allí para ti, no preocuparte por compartir el momento en redes sociales al instante, vivir el tiempo presente con todos sus matices.
Es normal sentir estrés, y también es normal que no todos lo entiendan, incluso en momentos que deberíamos notarnos profundamente felices, estar estresados no quiere decir que no estemos experimentando también felicidad. Lo importante es reconocernos y entender la vulnerabilidad del momento. Los 15 años de mi hija fueron una experiencia inolvidable, no solo por la felicidad que sentí, sino también porque me permitieron reflexionar sobre la importancia de la autogestión emocional en estos eventos y como siempre deseo compartírtelo par que sigamos evolucionando juntos en este contacto emocional, porque reconocerlo nos hace más humanos.


¿Quieres explorar éste tema? para asesorías puedes ponerte en “CONTACTO CONMIGO” en WhatsApp.