31 Jul 2025

Durante años, cada vez que nos íbamos de viaje, yo era la que hacía las maletas. Bueno, las hacíamos juntas, pero honestamente, yo era quien dirigía cada paso: “vamos a meter esto, ahora esto otro, ¿no crees que necesitas tal cosa?”. Yo tenía el control.

Mis hijas tienen 15 y 9 años. Las he guiado amorosamente en cada detalle. Pero esta vez decidí hacer algo distinto.

Les conté el itinerario: a dónde vamos, cuántos días estaremos, qué clima nos espera. Luego les dije:
“Pongan sobre su cama la ropa que ustedes crean que necesitan llevar. Outfits, ropa interior, zapatos, todo. Ustedes piensen”.

¿El resultado?
La mayor lo hizo prácticamente perfecto. Solo ajustamos algunos detalles. La menor —como era de esperarse— necesitó más ayuda. Escogió cosas que sabía que habíamos comprado para el viaje, pero no logró completar la tarea. Y eso también está bien. Terminamos haciéndola juntas. Pero la semilla está sembrada.

Ese momento, que podría parecer cotidiano, me recordó algo profundo:

Enseñar es caminar al lado… pero educar es soltar de a poco

Cuando criamos, muchas veces caemos en la trampa de querer hacer todo por ellos: porque lo hacemos más rápido, mejor, con menos errores. Pero si no abrimos el espacio para que nuestros hijos ejerzan su propio criterio, nunca sabrán de lo que son capaces.

Darles oportunidad de pensar, de equivocarse, de volver a intentarlo, no solo les da autonomía, también les da autoestima. Les dice:
“Confío en ti”.

Y también es una oportunidad para nosotras como madres de aprender a soltar. De dejar de controlar. De ver cómo nuestros hijos están creciendo, cómo van desarrollando sus propios recursos. Y sí, también de descansar un poco. Porque educar no es cargar: es formar.

¿Qué pasaría si esta semana les dieras la oportunidad de tomar una decisión que tú siempre tomas?

Quizás preparar su uniforme del día siguiente. Elegir la merienda. Ordenar su mochila.
No se trata de retirarte, se trata de dar un paso al lado y observar. Ver en ellos el fruto de todo lo que ya les enseñaste.

Créeme: ahí empieza la verdadera independencia.
Y también el alivio del alma de una madre que aprende que no necesita hacerlo todo para seguir siendo imprescindible.

Si quieres aprender como hacerlo, te puedo acompañar en el proceso a través de mis asesorías para padres podemos construir rutinas familiares juntos e ir paso a paso a desarrollar en tus hijos la autonomía que necesitan para ser personas responsables.

Contáctenme!!!

Psicóloga

Translate
Facebook
Facebook
YouTube
YouTube
Instagram
Tiktok
Copiar Enlace
¡La URL se ha copiado correctamente!
Copy link