
Si el artículo pasado te removió, no estás sola. Muchas madres se identificaron con esos patrones y sintieron culpa o frustración. Pero la buena noticia es que puedes transformar ese control en conexión, si lo reconociste ese es el primer paso. Aquí van 3 pasos sencillos para empezar a cambiar el control por conexión:
1. Haz pausas antes de intervenir. Pregúntate: “¿Esto lo digo por miedo o por amor?” Tómate el tiempo antes de corregir para que en vez de reaccionar, acciones!
2. Permite pequeños errores. Tu hijo aprende más de sus tropiezos que de tus advertencias. Reconócelos frente a él frases como “me emocioné demasiado y no supe manejarme, no debí alzar el tono de voz te pido disculpas por ello” son frases que nos hacen vulnerables y demuestran a nuestros hijos la humanidad que nos acompaña, esto los enseña y pronto lo imitarán cuando fallen.
3. Practica el “acompañar sin dirigir”. Estar presente no es lo mismo que decidir por ellos. Confía en el ser persona de tu hijo, alimenta su esencia, ve paso a paso confiando en lo que le das!
Recuerda: Soltar el control no es abandonar, es confiar. Y confiar también es una forma de amar.

¿Te gustaría seguir trabajando en esto? Escríbeme al WHATSAPP, te acompaño con herramientas reales y sin juicios.